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Sirah resumida del sello de los profetas –que la paz y las bendiciones de Allah sean con él

Sirah resumida del sello de los profetas –que la paz y las bendiciones de Allah sean con él

En nombre de Allah, el Misericordioso, el Compasivo

La paz y las bendiciones  de Allah estén sobre Su profeta y mensajero, Muhammad y sobre su familia, compañeros y todos los que  le siguieron  correctamente hasta  el día del juicio.

Continuamos con la segunda parte del llamamiento  público al Islam: se describirán en ella algunos de los esfuerzos de los enemigos del Islam para impedir la difusión del mensaje del profeta, que la paz de Allah y sus bendiciones  estén  sobre  él, su familia y sus compañeros.

La segunda etapa  de la llamada del Islam (parte 2)

1.- Una asamblea  de consulta  para impedir  que  los peregrinos  respondan a la invitación de Muhammad -que la paz y las bendiciones de Allah estén sobre él.

Durante los días de la llamada al Islam, los Quraishíes tuvieron un serio tema de preocupación: la proclamación  del  llamado islámico tenía unos pocos meses de antigüedad cuando  faltaba poco para la temporada  de la Peregrinación. Quraish sabía que  las delegaciones árabes  vendrían  en poco tiempo. Entonces acordaron  que era necesario contemplar un ardid que impida a los peregrinos árabes acercarse a la nueva creencia  que  predicaba Muhammad -que la paz y las bendiciones de Allah estén sobre él.

Fueron a ver a Al-Ualîd Ibn Al-Mugîrah para deliberar  al respecto.  Al-Ualîd los  invitó para que  se pusieran  de acuerdo  en una resolución  que  gozara  con la aprobación de  todos. Sin embargo  había  discrepancias entre  ellos. Algunos sugirieron  decir que  Muhammad  (que la paz y las bendiciones de Allah estén sobre él) era un adivino, pero  desistieron  porque  su prédica no eran palabras que usaran los adivinos. Otros propusieron que se le acusara de ser un poseído, pero  también  fue dejado  de lado porque no había ninguna insinuación peculiar de ese estado mental que se  manifieste; otros dijeron: “¿Por qué no lo acusamos de ser un simple poeta?”. Tampoco lograron  ponerse  de acuerdo, ya que  sus palabras estaban fuera del léxico usado por los poetas. Una cuarta propuesta fue acusarlo de brujo. Pero aquí Al-Ualîd mostró su desacuerdo alegando  que nunca  se le había conocido  que practicara la brujería, y admitió  que  las palabras  que  recitaba dejaban  un dulce sabor en el espíritu y el corazón. Él, sin embargo, encontró  que lo más apropiado para perjudicar a Muhammad (que la paz y las bendiciones  de Allah estén  sobre él) era acusarlo de hechicero. La malvada asamblea acordó adoptar  esta postura  para así propagar que  se trataba de un hechicero tan poderoso y conocedor de su técnica que era capaz de separar al hijo de su padre, al hombre  de su hermano, a la esposa de su marido y a la gente de su clan.

Es notorio  destacar  que  Allah -Alabado y Ensalzado- sea reveló dieciséis aleyas con respecto a Al-Ualîd y el astuto método que emplearía  para manipular  a la gente  que asistiría a La Meca para peregrinar. Dijo Allah -Alabado y Ensalzado sea-: “Ha reflexionado y meditado su respuesta; que  muera  ¿cómo ha podido  premeditar así?; ¡que  muera  por  cómo  ha  premeditado! Y después  ha examinado; y luego ha fruncido el ceño y se le ha mudado el semblante; y luego ha dado la espalda y se ha llenado de soberbia; y ha dicho: esto no es más que magia aprendida;  es sólo la palabra de un ser humano.” [74: 18 al 25]

A pesar del complot, el Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah estén sobre él) visitaba a la gente  durante la peregrinación, los acompañaba a sus campamentos  en ‘Ukâz, Maÿanah y Dhul-Maÿaz para invitarlos a que adoren  únicamente a Allah -Alabado y Ensalzado sea-.

Abu Lahab seguía al Profeta (que la paz y las bendiciones  de  Allah estén  sobre  él) gritando: “No le presten  atención  porque es un mentiroso, y un renegado”. Sin embargo  Muhammad  (que la paz y las bendiciones de Allah estén  sobre él) provocó conmoción con su prédica y algunos pocos aceptaron su invitación al Islam.

2.- Los esfuerzos  realizados  para  detener el avance del Islam

Habiendo percibido que Muhammad  (que la paz  y las bendiciones   de  Allah estén sobre  él) abandonaría su misión, Quraish, en un desesperado intento  de extinguir el mensaje  del Islam, recurrió a otro método bajo e infame:

a)- Burlar,  degradar   y ridiculizar a  los nuevos  islamizados en general  y a la persona de Muhammad  (que la paz y las bendiciones de Allah estén  sobre  él)  en particular,  con  el propósito  de  desmoralizar y disminuir su fervor religioso. Solían acusar al Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah estén sobre él) de ser un hombre poseído por un genio, o de que estaba loco: Y decían: Oh (Muhammad que la paz y las bendiciones  de Allah sean con él) tú que has recibido  el recuerdo  (el Corán)! Realmente eres un poseso.” [15:6]

Lo acusaban de ser un mentiroso que practicaba la brujería: “Se extrañan  de que  les haya llegado  un advertidor que es uno de ellos; y dicen los que se niegan a creer: Este es un mago farsante.” [38:4].

Sus  miradas   hacia  él  eran   fulminantes como si quisieran destruirlo o perturbarlo para desestabilizarlo  e intimidarlo. Usaron toda clases de apelativos para insultarle: “loco”, “poseído por el demonio”, y demás epítetos: “Casi te derriban  con sus miradas, los que se niegan a creer, cuando oyen el recuerdo, y dicen: Es un poseso.” [68:51]

 Entre los primeros que abrazaron  el Islam había un grupo  que desafortunadamente no contaba con un clan poderoso que los defienda. Estas personas inocentes eran ridiculizadas e insultadas. Haciendo referencia a esta clase de gente la elite aristócrata de Quraish solía preguntarle con ironía y sarcasmo al Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah estén sobre él): “¿Son estos a quienes  Allah ha favorecido de entre nosotros?” [6:53]

Allah -Alabado y Ensalzado sea - dijo: (¿Es que acaso Allah no conoce mejor a los agradecidos?) [6:53]

Son como  aquellos  que  Allah -Alabado  y Ensalzado sea- nos informó: «Ciertamente los que cometían  maldades se reían de los Creyentes; y cuando  pasaban a su lado se hacían guiños entre ellos (burlándose);  y cuando  regresaban a  su familia lo hacían divertidos; y cuando  los veían  decían: ‘¡Ciertamente! ¡Estos están extraviados!’ Pero ellos (los incrédulos, pecadores) no habían sido enviados como guardianes suyos (de los Creyentes).” [83: 29 al 33]

b)- Distorsionar las enseñanzas de Muhammad (que la paz y las bendiciones  de Allah estén sobre él), invocando ambigüedades, circulando  falsas acusaciones;  restándole  importancia  a su doctrina, persona y moral. Respecto al Corán, solían decir: “Son leyendas  de los antepasados, que él (Muhammad  que la paz y las bendiciones de Allah estén sobre él) manda a escribir, y que le dictan mañana y tarde.” [25:5]

Afirmaban que el Corán no era una verdadera Revelación: “Esto (el Corán) no es nada  excepto  una mentira que  él (Muhammad  que la paz y las bendiciones  de Allah sean  con él) inventó, y otros lo ayudaron para hacerlo.” [25:5]

Clamaron: “Solo es un ser humano  el que le enseña.” [16:103]

También elevaron otra infundada  y superficial objeción: “¿Por qué  este Mensajero  (Muhammad que la paz y las bendiciones  de Allah sean con él) se alimenta y camina en los merca- dos (como nosotros mismos)?” [25:7]

El Noble Corán refutó  estas  acusaciones, explicando  que  las palabras  del  Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah estén sobre  él) eran Revelación procedente del Señor -Alabado y Ensalzado sea- más poderoso y su naturaleza y contenido demostraban un  prominente desafío para aquellos que le atribuían  a las expresiones  Proféticas un origen inferior, o pensamientos de un reformador  soñador, o un endemoniado poeta,  o las incoherentes tonterías  de un hombre loco.

c)- Comparar al Corán con la mitología antigua  para poder  distraer a la gente  de las Palabras de Allah -Alabado y Ensalzado sea-. Se narra que An-Nadr Ibn Hâriz fue a Hirâh donde  se familiarizó con  las tradiciones de los reyes de Persia y las anécdotas de personajes  como Rustum y Asphandiar, y luego  retornó  a La Meca. Aquí siempre seguía los pasos del Mensajero para cualquier reunión  en que  este  iba a predicar la nueva creencia y a advertir sobre la ira de Allah -Alabado y Ensalzado sea-. An-Nadr luego de que hablaba el Profeta (que la paz y las bendiciones  de Allah estén  sobre él) le narraba a la misma audiencia largas historias de los personajes  de Persia. Siempre aprovecharía para hacer una pregunta engañosa a su audiencia: si no sobrepasaba a Muhammad  (que la paz y las bendiciones de Allah estén  sobre él). Ibn ‘Abbâs contó que  An-Nadr solía comprar sonetos  para que  a través  de  su encanto y seducción se alejen del Islam aquellos  que  estaban desarrollando  el menor  apego  al Profeta (que la paz y las bendiciones  de Allah estén sobre él) ; al respecto  Allah -Alabado y Ensalzado sea- reveló: “Y de entre la gente  hay quienes compran palabras  frívolas para desviar del camino de Allâh.” [31:6]

 

Preparado por: Abu Dhar

Fuente: El Nectar Sellado

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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