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La Oración en el Islam

El Imám Abu Hanifa

El Imám Abu Hanifa

Es un hecho bien conocido que los musulmanes siguen algunas escuelas de pensamiento como base en materia de jurisprudencia islámica, que no sean cuestiones de fe y principios de adoración y asuntos legales. Ya que estos últimos no son objeto de controversia, ya que han sido definidos claramente en el Corán y las enseñanzas del Profeta Muhammad, (que la paz y bendiciones de Dios sean con él).

Los eruditos de renombre de las cuatro escuelas básicas son Abu Hanifah, Malik ibn Anas, Muhammad ibn Idris Ash-Shaafii y Ahmad ibn Hanbal. Ahora vamos a comentar sobre la personalidad de Abu Hanifah, cuya escuela de pensamiento está muy extendida especialmente en Asia (incluyendo el subcontinente indio, el conjunto de Asia central y países como Turquía y Afganistán).

Abu Hanifah An-Nu`man nació en Kufa, Iraq, en el año 80dH (después de la emigración). Tuvo la suerte de haber pertenecido a la segunda generación del Islam, ya que tuvo la oportunidad de ver a algunos de los compañeros del Profeta Muhammad, (que la paz y la misericordia de Allah sean con él), como Anas bin Malik cuando se presentó en Kufa, pero no hay nada establecido sobre algo que él haya escuchado de ellos, y muchos estudiosos de renombre de la segunda generación, como 'Ata bin Abi Rabaah y 'Akrimah entre otros. Se ha dicho que Abu Hanifah fue el primero en codificar el derecho islámico o jurisprudencia (comúnmente conocido como el fiqh) compilado del Corán y la Sunnah.

Fue comerciante de profesión, pero pasó los dos extremos del día enseñando en la mezquita. Fue ejemplar en su conducta tanto como comerciante como maestro. No era sólo muy honesto en sus tratos comerciales, era muy consciente también, al grado que negaba cualquier beneficio si sentía inquietud sobre él, aunque se tratara de un beneficio legítimo. En una ocasión Abu Hanifa le advirtió a su socio que no venda una determinada prenda, debido a algunos defectos en ella. De alguna manera su socio se olvidó y vendió la prenda de vestir. Cuando supo Abu Hanifa lo que había sucedido, decidió entregar todo el dinero que había ganado ese día en caridad, y rompió la relación comercial con su amigo que vendió la prenda defectuosa sin intención.

Como maestro, acostumbraba ayudar a todos sus estudiantes necesitados para que puedan dedicar todo su tiempo al aprendizaje. Su estímulo a la educación lo hizo una persona muy generosa, incluso a con los eruditos. Se ha sabido que cuando quería comprar ropa para él o para su familia, también compraba para algunos de los eruditos que conocía. De hecho, la generosidad de Abu Hanifa alcanzaba a cualquiera que tuviera contacto con él. Un día estaba caminando por la calle cuando vio a un hombre tratando de esconderse de él. Abu Hanifah le preguntó, "¿Por qué estás tratando de esconderte de mí?" Cuando le respondió que le debía 10.000 dirhams y sentía vergüenza por no poder pagarle, Abu Hanifa le informó al hombre que ya no quería que le devolviera el préstamo. ¡También le pidió al hombre que le perdone por los problemas que le había causado y haberle hecho sentir vergüenza!

Como cualquier hombre de piedad Abu Hanifa fue muy amable con todos sus conocidos, a quienes visitó cuando estaban enfermos y preguntó acerca de ellos cuando estaban ausentes. Un caso muy interesante es el del encuentro entre el Imam Abu Hanifa y su vecino borracho, que se emborrachaba y seguía cantando en voz alta durante toda la noche causándole tanta molestia a Abu Hanifah. Una vez la policía capturó al hombre (el vecino ruidoso) y lo llevó a prisión. Abu Hanifah notó esa noche que el barrio estaba tranquilo. Por lo que preguntó acerca de su vecino ruidoso. Al saber que su vecino estaba en prisión, acudió al gobernador de la ciudad para interceder por él, por lo que fue puesto en libertad de inmediato. No sólo eso, Abu Hanifah le dio al hombre un poco de dinero para compensar las ganancias pérdidas debido a su encarcelamiento. El borracho quedó tan impresionado con este tipo de actitud y trato que decidió arrepentirse y dedicar su tiempo a aprender el mensaje del Islam en la mezquita.

El miedo que tenía Abu Hanifah de cometer un error le hizo rechazar todas las ofertas realizadas por los gobernadores y el Califa para trabajar en las oficinas públicas, incluyendo el del cargo de juez. Por esta razón el califa Abu Ya`far Al-Mansur ordenó que Abu Hanifa fuese enviado a la cárcel, donde murió en el año 150 dH.

Pero aunque haya muerto en la cárcel, su nombre sigue muy vivo en la memoria de la historia islámica y de millones de seguidores de su escuela de pensamiento y de otras en todo el mundo.

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